miércoles, 3 de octubre de 2007

Cuando la noche se viste de luz


Destellos dorados se colaron en mi ventana
Bailaron alrededor de mi cuarto
Y se llevaron las espesas nubes que cubrían mis ojos
Llenaron mi habitación de luz y de calor

Vuelvo a confiar en una mirada que aun no conosco
Se que aún ahora, habrá un futuro feliz
No será un “viviéron felices para siempre”
Pero habrá momentos de sonrisas
Y otros muchos que me dejen sin aliento

Ahora, que la noche se viste de luz
Me doy cuenta de que el mundo no es tan obscuro
Que hay senderos maravillosamente alegres
Que el sol sigue saliendo y calentandome
Que las estrellas no se han caído
Que siguen ahí para cuando quiera una noche estrellada a tu lado

Ahora que la noche se viste de luz
Tú estás aquí
Y te sumas a mis muchas razones
Para sonreirle a la luna

4 comentarios:

Alucard dijo...

Como el ave que espera a que los rayos de la luna iluminan el arduo camino, así la vida de duras asperezas y de francas tristezas, se reviste de un tenue rubor encandilado, algunos le llaman esperanza, otros amor otros poesía, al final siempre habrá al menos un destello que asome por la ventana.

Juan Manuel Escamilla dijo...

Los amigos son estrellas calientes, querida Marifer. Colecciona constelaciones íntimas.

Anónimo dijo...

espero verte el viernes, para alabar personalmente los buenos textos que nos entregas con no cierta regularidad.

Marifer dijo...

al final siempre hay una luz... a veces MUY al final... pero el solo hecho de verla la hace accesible